El Chapapote
El Amoco Cadiz era un petrolero construido en 1974 en los astilleros de Puerto Real (Cádiz), con bandera de Liberia, y un peso DWT de 234.000 toneladas, perteneciente a la compañía norteamericana Amoco Transport, filial de la Standard Oil, que provocó una catástrofe ecológica frente a las costas de Bretaña por su accidente del 16 de marzo de 1978, cuando el temporal causó daños considerables en el buque, que terminó por romperse en dos mitades. La marea negra fue un precedente por su magnitud, a las provocadas años más tarde por los barcos Exxon Valdez, en Alaska, Erika, de nuevo en 1999 en Bretaña, o al desastre del Prestige en España.

Siempre se ha sabido de la existencia de chapapote en Galicia, pero de vez en cuando se producen descubrimientos de grandes yacimientos que movilizan a muchos aventureros y emprendedores a la busqueda de un gran negocio.
Precisamente esto mismo sucedió el día 19 de noviembre de 2002 cuando el buque de una conocida organización ecologista, el Prestige, avistó desde el mar un afloramiento de chapapote en las cercanias del cabo Finisterre. Cuando la sustancia arribó a las costas gallegas se produjó una avalancha humana de gente en busca de su pedacito de chapapote. Gente de toda España se hizo rica gracias al chapapote recolectado, Galicia se vió beneficiada por una lluvia negra de la que aún hoy se siente afortunada.
Además se tuvo la suerte de que la mancha negra eliminó de un plumazo toda la superflua fauna del litoral gallego. Los ribereños por fin se libraron de los molestos animales que poblaban sus rías y playas, fuente de innumerables plagas y desgracias.